"Querido PENT:"

Uno de mis primeros y principales objetivos cuando entré al equipo del PENT como editora del portal fue redactar una definición. Un texto que pudiera dar cuenta de qué es, qué hace y quiénes son el PENT.

—¿Qué es PENT? —pregunté una centena de veces a los coordinadores, a los tutores, a estudiantes.

La mayoría se quedó mirándome con los ojos abiertos como a un extraterrestre. Algunos se negaron a responderme. No preguntaba por el sentido de la vida ni por los números de la quiniela de mañana, pero parecía que estaba pidiendo mucho más que el secreto del origen o el futuro del universo. Algunas veces (algunas afortunadas veces) obtenía algunas respuestas. Nunca las mismas.

—En el PENT hacemos…

—El PENT… somos un equipo que...

—Con el PENT buscamos…

Pero nadie podía empezar la oración con el verbo ser en esa sencilla tercera persona en presente.

De alguna manera misteriosa surgió la idea de “espacio”. Un espacio que no es vacío, ni lleno, ni está ubicado en alguna parte. Un espacio como metáfora de universo. O de territorio. Supimos entonces que el PENT era un espacio. Un espacio de exploración, de acción, de reflexión, de innovación y la lista era interminable. Y a cada paso que diera el PENT se sumaría algo a ese espacio. ¿Sería el PENT un espacio infinito? ¿En qué texto podría dar cuenta de esa multiplicidad y especificidad? Algo no se me escapaba: había fundamentos delineados. Había objetivos (cambiantes, crecientes) pero claros. Y había una mística propia del PENT.

Apenas incorporado al equipo, en un pasillo, H (Ariel Merpert) me preguntó:

—¿Qué es el PENT?

Y caí en la cuenta de que lo sabía perfectamente. Pero no podía darle una definición que le valiera de algo sin que hubiera entrado y experimentado el espacio del PENT, sin bucear en sus fundamentos, sin poner el norte en sus objetivos y sin haberse empapado de la mística de la que me habían hablado tutores y alumnos. Sin embargo, le respondí:

—El día en que pueda definir al PENT, lo abandono.

Pasó un tiempo. Una cohorte de la Carrera, un coloquio del Diploma, un Educatón, seminarios, asesorías, un montón de nuevos proyectos que se agregaron al espacio del PENT y cada vez hay más para decir del PENT, para decir PENT.

El PENT, al menos para mí y en una definición provisoria, es toda esa gente que lo hace. Con orgullo y agradecimiento, en el cumpleaños número diez, siento que el PENT es formar parte.

En la ilustración, un grabado de autor desconocido que se utilizó por primera vez en el libro L’Atmosphere: Météorologie Populaire (París, 1888), de Camille Flammarion. En ella, un astrónomo saca la cabeza de la bóveda celeste para observar el espacio.