FLACSO | PENT
icono de flechaVer novedades

Diario de viaje… africano, de María Arcos Corretjé

Propuestas 6 de Junio de 2011

Diario de viaje… africano, de María Arcos Corretjé

 

 

Ella nació en Madrid y se fue a Barcelona a estudiar Comunicación Visual. Senegal fue un vuelco su mirada del mundo. María Arcos es egresada del Diploma Superior de Educación y Nuevas Tecnologías. “La danza es mi pasión y mi verdadera profesión”, asegura. Pero tiene, además, un inmenso don: el de contar. En exclusiva para la comunidad del PENT, un poco ortodoxo diario de viaje, que nos permite asomarnos a la intimidad de una experiencia multidisciplinaria, multicultural y multienriquecedora.

 


Diario de viaje… africano

De María Arcos Corretjé

Fundadores de La Maison des Artistes

Capítulo 1: ¿Alguna vez has estado en África?


 

Todos los viajes enseñan, y hay algunos que transforman, eso es lo que me pasó cuando fui a Senegal.

Era el año 2003, estaba estudiando en Barcelona la licenciatura de Comunicación Audiovisual, y por aquél entonces la danza africana comenzaba a entrar dentro de mis numerosas y variadas clases de danza.

Un día, un buen amigo percusionista, me comenta “María voy a volver a Senegal para tomar clases de percusión, tú podrías tomar clases de danza y venirte con nosotros” El plan me tentaba, pero mi carácter responsable con la facultad estando cursando el último año, no me daba el tiempo. O sí… sólo tenía que elaborar el proyecto de final de carrera en función de ese viaje a Senegal que quería hacer.

¿Y si hago un documental? De repente comencé a darle forma, a la idea alocada inicial, otra compañera intrépida se lanzó conmigo a la aventura. En la facultad dudaban de nuestro proyecto, no nos querían dejar ningún tipo de material, así que lo conseguimos todo nosotras mismas. Me fui a Andorra para comprar la cámara y un micrófono porque allí es más barato.

 

La aventura en Senegal duró un mes y medio, en los que tomé muchas clases de danza y conseguimos rodar un sencillo documental llamado “Mama África”. El lugar donde nos alojamos, que era una habitación en un patio da familias senegalesas, es donde acabamos filmando. Pudimos compartir la vida cotidiana de varias mujeres senegalesas, y eso es lo que quisimos reflejar en el documental. Su idioma originario es el wolof, y el que estudian en la escuela es el francés. Como las mujeres no habían ido a la escuela, la comunicación verbal con ellas era un poco complicada, yo sólo hablaba francés, sin embargo aprendimos a comunicarnos con otros recursos, los gestos, las sonrisas, la danza…

Nada tenía que ver lo que habíamos planificado con lo que después grabamos. Un documental siempre está abierto a tener mucha improvisación y escucha de lo que está sucediendo, aunque eso no lo tuvieras previsto en el guión inicial. Y si filmas en un lugar que nunca antes has conocido, como fue nuestro caso, entonces está claro que teníamos que estar abiertas reestructurar nuestro guión, y eso es lo que hicimos, lo cambiamos totalmente.

Pero lo más importante, es que aquél viaje cambió mi perspectiva de la vida y abrió un nuevo camino que me lancé a descubrir sin dudarlo.

 

Dos años después volví de nuevo a Senegal, y después repetí y repetí y repetí. Cada nuevo viaje me ayudaba a conocerme más a mí misma y a entender esa nueva cultura, tan conectada a lo animal, a la naturaleza, que me había fascinado desde el principio.

En este devenir de idas y vueltas a Senegal, creé un espectáculo de danza y audiovisuales, “De viaje” (www.espectaculodeviaje.com). Necesitaba contar en primera persona mis vivencias, que tienen una perspectiva positiva, muy diferente a la imagen que se tiene de Senegal. Años más tarde surgió la posibilidad de presentarlo a numerosos institutos, y la experiencia con los chavales fue muy enriquecedora. El espectáculo acercaba a los alumnos a sus propios compañeros africanos y les abría el interés por su cultura.

El viaje del 2009 fue un paso importante para mi vinculación con Senegal. El encuentro con tres artistas senegaleses, motivados por hacer algo por su pueblo e intentar descender la emigración a Europa, me condujo a encender la chispa que hiciera nacer La Maison des Artistes (www.lamaisondesartistes.org).

Todo el grupo de La Maison des Artistes

Nuestro sueño requería de mucha energía, tiempo y entusiasmo, desde el principio me lo planteé como un proyecto de vida. Queríamos crear una escuela de danza y música, y una compañía profesional. Nuestro primer objetivo lo pusimos demasiado alto, construir las instalaciones de la escuela. Incluso elaboramos con un amigo arquitecto los planos. Pero cuando nos pusimos a hacer números, nos dimos cuenta que estábamos empezando la casa por la tejado. Y empezamos a simplificar…

De repente, cuatro meses más tarde de empezar a estructurar el proyecto de La Maison des Artistes (LMA), me llega una gran noticia que altera mis planes. He ganado una beca, que había pedido hacía más de un año, para irme a estudiar a Buenos Aires, el posgrado de Educación y Nuevas Tecnologías de FLACSO.

En unos meses tenía que hacer mis maletas para desaparecer de España un año, y alejarme de LMA, que se había convertido en mi bebe recién nacido. De repente tenía que destetarlo.

Tuve muchas dudas, mis compañeros que empezaban a entusiasmarse con el proyecto no entendían mi decisión, pero al mismo tiempo me apoyaban para seguir colaborando desde la distancia.

Aula de la escuela de Saly-Velingara

Quería conocer América Latina y volver a estudiar algo que tuviera que ver con la educación y con la carrera de audiovisuales. Buscando y buscando por Internet, había encontrado el Diploma Superior en Educación y Nuevas tecnologías del PENT. Me atrajo mucho el contenido y además me habían hablado bastante bien de FLACSO. Pensaba que la cursada era semipresencial, y además para ganar la beca tenía que estar en Argentina, así que desde el primer día en que empecé me vine a Buenos Aires. Lo de que era todo virtual, fue un detalle del que después me di cuenta. Eso me dio la oportunidad para viajar con mi computadora por Argentina, Chile y Uruguay mientras estudiaba el posgrado.

Sería posible llevar a cabo todas las actividades que queríamos hacer en La Maison des Artistes estando en Argentina? ¿Era bueno deliberar funciones y ver desde la distancia la solidez o no del proyecto, desde una perspectiva menos emocional?

Fueron muchos los cuestionamientos, pero principalmente seguí el camino que me estaba abriendo la vida. Y La Maison des Artistes venía conmigo allá donde yo estuviera. A diferencia de un bebe, la leche se la podía dar a través de Internet y de las nuevas tecnologías, así que, compré mi billete para Buenos Aires, y aquí estoy.



Continuará...

 

 

Ultimas novedades