El primer año de escuela secundaria suele ser un desafío para los ingresantes ya que implica cambios importantes respecto del nivel primario: una mayor cantidad de docentes y espacios curriculares, un nuevo dispositivo institucional y en algunos casos, un nuevo grupo de compañeros/as. Los adultos a cargo suelen compartir los sentimientos de incertidumbre de los y las estudiantes ante el comienzo de la nueva etapa, y suelen desplegar distintas estrategias para acompañar su inserción en el nivel.

En 2020, el cierre de los establecimientos escolares en Argentina a partir del Covid-19 sumó a estos desafíos el de cursar desde el ámbito doméstico. Este cambio reconfiguró el rol de los adultos en el acompañamiento a sus hijos/as y los convirtió en testigos directos de las estrategias llevadas a cabo por los estudiantes para cumplir con las propuestas escolares.

El presente capítulo analiza 21 entrevistas semiestructuradas a adultos con hijos/as que ingresaron a la escuela secundaria en distritos de zona sur del conurbano bonaerense en 2020 y despliega las razones por las que los entrevistados consideran el primer año de sus hijos/as como una situación liminal y no como un verdadero comienzo.

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