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El sex appeal de Moodle

Opinión 1 de Septiembre de 2009

El sex appeal  de Moodle.


Moodle es una de las aplicaciones más difundidas para la creación de entornos virtuales de aprendizaje. Es un software de código abierto sustentado en el trabajo y desarrollo de una comunidad distribuida por todo el planeta
Moodle, junto con los productos de Blackboard inc., sostienen la mayor parte de las propuestas de enseñanza en línea en la actualidad. Blackboard inc. vende sus plataformas Blackboard y WebCT, como productos de código propietario. Moodle, por su parte, no es la única aplicación de código abierto disponible: Atutor, Angel, Dokeos son otras opciones disponibles. Sin embargo la difusión tan generalizada de Moodle opaca las otras aplicaciones.

¿A qué se debe el éxito en la difusión de esta aplicación? ¿Existen características objetivas, propias de este  "artefacto" que lo hacen superior a las otras plataformas? ¿Se puede determinar con objetividad que Moodle hace las cosas mejor que las otras y que ello justifica su difusión?

En primer término deberíamos preguntarnos si es posible enumerar las características objetivas de una plataforma (despojándola tanto de la planificación como de la intervención pedagógica). Pero asumiendo por un momento que esto fuera posible, no sería suficiente para explicar la supuesta superioridad tecnológica de la plataforma. A lo largo de la historia reconocemos que las tecnologías más difundidas y adoptadas no son necesariamente las "mejores". Por ejemplo el caso de los formatos de video beta y VHS, el primero de los cuales presentaba claras ventajas tecnológicas respecto del segundo aunque fue éste último el que termino imponiéndose ene el mercado. De manera que en principio no podríamos afirmar que Moodle es “mejor” desde un punto de vista tecnológico.

Desde nuestra perspectiva, y haciendo una aseveración general, todas las aplicaciones de entornos virtuales de aprendizaje poseen características similares. Son todas tan medianamente buenas como tan medianamente malas. No pareciera que hubiera diferencias insoslayables en una plataforma que no pueda ser sobrellevada a partir del diseño pedagógico. Lo importante no es tanto la plataforma sino lo que se hace con ella. Sin embargo queda aún por contestar ¿Por qué la amplia difusión de Moodle?

Entonces, a fin de dar  con algunas pistas de cómo es que esta plataforma se consolida, podríamos poner el foco de la atención en cómo es que esta tecnología se construye y se distribuye,  más que en el contenido y en sus características y funciones tecnológicas.

Las dos características de Moodle arriba enunciadas se convierten en claves relevantes para entender su amplia difusión, recordemos Moodle es:

* Open source
* Desarrollado por una comunidad.

Con respecto a la primera, su libre circulación se vincula con la dinámica política, de aquellas instituciones que lo adoptan. No es necesario contar con autorizaciones especiales ni contratos. Moodle se instala fácilmente allí donde haya un servidor y media hora libre de alguien dispuesto a experimentar. Moodle florece en las instituciones sin que medie ninguna parafernalia decisional. Se han comentado y relatado casos en los cuales, cuando muchas autoridades despertaron, Moodle ya estaba allí albergando un campus virtual. Y en esos casos las decisiones de las autoridades sólo validaron una realidad que ya estaba consolidada de hecho.

Una vez instalado (sea por la iniciativa de la gente de sistemas, o por profesores aficionados que  utilizan las opciones de instalar con doble click que se  ofrece en muchos servicios de hosting) Moodle retiene y convoca nuevos usuarios. La plataforma está acompañado  de un discurso pedagógico (la página de Moodle.org es muy explícita al respecto) y existe una  mística que la rodea, y que sirve para alimentar y satisfacer tanto la curiosidad como la ansiedad de una amplia gama de usuarios. Desde los ingenuos que buscan en las plataformas de enseñanza en línea subir textos y proponer exámenes de tipo opción múltiple; los conversos (los que se conforman y reproducen con lo que se enumera en el sitio de Moodle, hasta los experimentadores que desean ir más allá, modificando, estirando las posibilidades, agregando módulos o participando de la comunidad. Podría decirse que en muchas instituciones, Moodle entró desapercibidamente por la puerta trasera de la institución y fue construyendo su base de usuarios y adeptos sin que sea necesario establecer políticas institucionales específicas.

Con respecto a la idea de Comunidad de desarrolladores, esto permite que la plataforma vaya creciendo de manera flexible incorporando los intereses y necesidades de un amplio grupo de usuarios. Estos desarrollos pueden darse tanto de manera centralizada en el seno de la comunidad Moodle, o bien como desarrollos propios (el lenguaje con el que está escrito Moodle –php- es relativamente sencillo y de amplia difusión entre los programadores). Al ser los propios usuarios los constructores, o al permitir reducir la brecha entre ellos, (programadores/realizadores-usuarios) se hace evidente que la tecnología no es algo que se impone desde el Olimpo tecnológico, si no que es una construcción y una negociación entre los usuarios y programadores desde la misma creación. En este sentido la idea de la comunidad y la de la relativa facilidad con la que la herramienta se modifica permite que la dicotomía entre pedagogos y tecnólogos se diluya o al menos se haga más difusa. Los usuarios se convierten en constructores (co-constructores), no sólo están allí para reinterpretar y negociar los significados una vez que la herramienta fue desarrollada por los programadores, si no que trasladan esta discusión al momento de construcción y diseño de la tecnología.

La construcción comunitaria permite que múltiples voces modelen el desarrollo de la plataforma. El crecimiento no responde a una sola lógica si no que la estructura puede cobijar tanto propuestas que respondan al Dr. Jekyll o a  Mr. Hyde. Fue el propio Martin Dougiamas, creador de la Moodle y de la comunidad, quien mecionó en la Moodlemoot de Buenos Aires que ciertos aspectos (actuales) de las herramientas para evaluación y calificación de los alumnos de la plataforma no son lo que él originalmente tenía en mente.

Creo que estas dos características servirían para empezar a explicar el éxito de Moodle, aunque sin duda existen características propias de la plataforma que contribuyen a su difusión: se aprende a utilizar de manera rápida, y con pocas horas de vuelo es posible obtener resultados. La lógica de presentación de los cursos parece adaptarse con facilidad a la lógica en que organizamos las propuestas educativas, entre otras, son algunas de estas características.

Con estas reflexiones me propongo empezar a  desplazar el foco del análisis de las plataformas para entornos en línea desde una mirada que considere aspectos exclusivamente tecnológicos hacia una mirada que integre otras dimensiones para poder abarcar y entender de manera más completa el campo de la enseñanza en línea. Este enfoque podría denominarse tecnopedagógico para sellar (al menos desde el nombre) la idea de que ambos aspectos constituyen las dos caras de la moneda de una propuesta de enseñanza en línea. No puede entenderse ni evaluarse una plataforma sin mirar lo que ocurre en ella y cómo fueron concebidas y pensadas las interacciones entre todos los actores que intervienen en un proceso de educación en línea

 

El sex appeal de Moodle.

Moodle es una de las aplicaciones más difundidas para la creación de entornos virtuales de aprendizaje. Es un software de código abiertosustentado en el trabajo y desarrollo de una comunidad distribuida por todo el planeta

Moodle junto con los productos de Blackboard inc. sostienen la mayor parte de las propuestas de enseñanza en línea en la actualidad. Blackboard inc. vende sus plataformas Blackboard y WebCT, como productos de código propietario. Moodle, por su parte, no es la única aplicación de código abierto disponible: Atutor, Angel, Dokeos son otras opciones disponibles. Sin embargo la difusión tan generalizada de Moodle opaca las otras aplicaciones.

¿A qué se debe el éxito en la difusión de esta aplicación? ¿Existen características objetivas, propias de este "artefacto" que lo hacen superior a las otras plataformas? ¿Se puede determinar con objetividad que Moodle hace las cosas mejor que las otras y que ello justifica su difusión?

En primer término deberíamos preguntarnos, si es posible enumerar las características objetivas de una plataforma (despojándola tanto de la planificación como de la intervención pedagógica). Pero asumiendo por un momento que esto fuera posible, no sería suficiente para explicar la supuesta superioridad tecnológica de la plataforma. A lo largo de la historia reconocemos que las tecnologías más difundidas y adoptadas no son necesariamente las "mejores". Por ejemplo el caso de los formatos de video beta y VHS, el primero de los cuales presentaba claras ventajas tecnológicos respecto del segundo aunque fue éste último el que termino imponiéndose ene el mercado. De manera que en principio no podríamos afirmar que Moodle es “mejor”, desde un punto de vista tecnológico.

Desde nuestra perspectiva, y haciendo una aseveración general, todas las aplicaciones de entornos virtuales de aprendizaje poseen características similares. Son todas tan medianamente buenas como tan medianamente malas. No pareciera que hubiera diferencias insoslayables en una plataforma que no pueda ser sobrellevado a partir del diseño pedagógico. Lo importante no es tanto la plataforma, sino lo que se hace con ella. Sin embargo queda aún por ¿por qué la amplia difusión de Moodle?

Entonces, a fin de dar con algunas pistas de cómo es que esta plataforma se consolida podríamos poner el foco de la atención en cómo es que esta tecnología se construye y se distribuye, más que en el contenido y en sus características y funciones tecnológicas.

Las dos características de Moodle arriba enunciadas, se convierten en claves relevantes para entender su amplia difusión, recordemos Moodle es:

* Open source

* Desarrollado por una comunidad.

Con respecto a la primera, su libre circulación se vincula con la dinámica política, de aquellas instituciones que lo adoptan. No es necesario autorizaciones especiales ni contratos. Moodle se instala fácilmente allí donde haya un servidor y media hora libre de alguien dispuesto a experimentar. Moodle florece en las instituciones sin que medie ninguna parafernalia decisional. Se han comentado y relatado casos en los cuales, cuando muchas autoridades despertaron, Moodle ya estaba allí albergando un campus virtual. Y en esos casos las decisiones de las autoridades sólo validaron una realidad que ya estaba consolidada de hecho.

Una vez instalado, (sea por la iniciativa de la gente de sistemas, o por profesores aficionados que utilizan las opciones de instalar con doble click que se ofrece en muchos servicios de hosting), Moodle retiene y convoca nuevos usuarios. La plataforma está acompañado de un discurso pedagógico (la página de Moodle.org es muy explícita al respecto) y existe una mística que la rodea, y que sirven para alimentar y satisfacer tanto la curiosidad como la ansiedad de una amplia gama de usuarios. Desde los ingenuos que buscan en las plataformas de enseñanza en línea subir textos y proponer exámenes de tipo opción múltiple; los conversos (los que se conforman y reproducen con lo que se enumera en el sitio de Moodle, hasta los experimentadores que desean ir más allá, modificando, estirando las posibilidades, agregando módulos o participando de la comunidad. Podría decirse que en muchas instituciones, Moodle entró desapercibidamente por la puerta trasera de la institución y fue construyendo su base de usuarios y adeptos sin que sea necesario establecer políticas institucionales específicas.

Con respecto a la idea de Comunidad de desarrolladores, esto permite que la plataforma vaya creciendo de manera flexible incorporando los intereses y necesidades de un amplio grupo de usuarios. Estos desarrollos pueden darse tanto de manera centralizada en el seno de la comunidad Moodle, o bien como desarrollos propios (el lenguaje con el que está escrito Moodle –php- es relativamente sencillo y de amplia difusión entre los programadores). Al ser los propios usuarios los constructores, o al permitir reducir la brecha entre ellos, (programadores/realizadores-usuarios) se hace evidente que la tecnología no es algo que se impone desde el Olimpo tecnológico, sino que es una construcción y una negociación entre los usuarios y programadores desde la misma creación. En este sentido la idea de la comunidad y la de la relativa facilidad con la que la herramienta se modifica permite que la dicotomía entre pedagogos y tecnólogos se diluya o al menos se haga más difusa. Los usuarios se convierten en constructores (co constructores), no sólo están allí para reinterpretar y negociar los significados una vez que la herramienta fue desarrollada por los programadores, sino que trasladan esta discusión al momento de construcción y diseño de la tecnología.

La construcción comunitaria permite que múltiples voces modelen el desarrollo de la plataforma. El crecimiento no responde a una sola lógica sino que la estructura puede cobijar tanto propuestas que respondan al Dr. Jekyll o a Mr. Hyde. Fue el propio Martin Dougiamas, creador de la Moodle y de la comunidad, quien mecionó en la Moodlemoot de Beunos Aires, que ciertos aspectos (actuales) de las herramientas para evaluación y calificación de los alumnos de la plataforma no son lo que él originalmente tenía en mente.

Creo que estas dos características servirían para empezar a explicar el éxito de Moodle, aunque sin duda, existen características propias de la plataforma que contribuyen a su difusión: se aprende a utilizar de manera rápida, y con pocas horas de vuelo es posible obtener resultados. La lógica de presentación de los cursos parece adaptarse con facilidad a la lógica en que organizamos las propuestas educativas, entre otras, son algunas de estas características.

Con estas reflexiones me propongo empezar a desplazar el foco del análisis de las plataformas para entornos en línea desde una mirada que considere aspectos exclusivamente tecnológicos hacia una mirada que integre otras dimensiones para poder abarcar y entender de manera más completa el campo de la enseñanza en línea. Este enfoque podría denominarse tecnopedagógico, para sellar (al menos desde el nombre) la idea de que ambos aspectos constituyen las dos caras de la moneda de una propuesta de enseñanza en línea. No puede entenderse ni evaluarse una plataforma, sin mirar lo que ocurre en ella y cómo fueron concebidas y pensadas las interacciones entre todos los actores que intervienen en un proceso de educación en línea

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