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La rifa del tigre

Opinión 2 de Septiembre de 2008

Días atrás, leyendo el periódico, leí un titular que decía algo así como que uno los "bipolios" de la información en Argentina nos había regalado la posibilidad de escribir las URL de manera absolutamente castiza, utilizando tildes y eññññññññes. Ante la posibilidad de recibir un regalo, en verdad me emocioné mucho (ya que mi cumpleaños es en enero y los regalos en esa época del año están de vacaciones), y pensé además que siendo un regalo de una tan magna empresa debía ser algo muy "grosoooo".

Pero (qué bonita y odiada palabra esta) descubrí que todo esto no servía más que para hacer campaña mediática, que la posibilidad de utilizar estos caracteres en las URL lo único que hace es complicar y dificultar la navegación y la administración de sitios y además instaura un falso discurso sobre la defensa de los "valores" de la lengua... y ante semejantes acusaciones procedo a explicar:

En primer lugar, los URL estaban hasta el presente restringidos a los caracteres universalmente aceptados por los protocolos de comunicación para las "transacciones" entre las computadoras. Esto nos daba la posibilidad de acceder desde nuestro teclado a cualquier sitio que se haya registrado en el mundo, sea francés, chino o kajaztano. Después seguramente no íbamos a entender nada de lo que estaba dentro del sitio... pero al menos podíamos acceder (y en algún acto de arrojo jugué a navegar por páginas chinas ayudado por el traductor de Google).
Al "localizar" la dirección de URL utilizando caracteres propios de una lengua, lo que hacemos es crear una dirección que sólo es accesible por los usuarios de la propia lengua. Cualquier persona que desde un país que no sea hispanoparlante (o no tenga configurado el español en sistema operativo) no podrá tipear la dirección de páginas como "lasuñasdelñandúsonquebradizas.com" o "añoroelcáñamodemimuñecañeca.net". De manera que cualquier URL que se registre con eñes o tildes, deberá además tener otro URL registrado en un idioma neutro que permita ser accesado desde otras latitudes... en principio nada terriblemente problemático, pero eso obligaría a los responsables de los sitios a tener que administrar más direcciones por cada sitio. Lo que conociendo las múltiples formas en que se nos aparece Murphy (el de las Leyes infalibles) sería hacer como una invocación a su aparición permanente.

Lo mismo, con el nuevo dominio .gob.ar. Es cierto que llamaba la atención la multiplicidad de criterios que fueron tomando diferentes gobiernos latinoamericanos al habilitar tanto los dominios gov o gob, y que resulta particularmente inadmisible que ciertas decisiones ingenieriles sigan aun complicando la vida de los usuarios. ¿Habrá que mantener ambos dominios? ¿Cómo harán los usuarios extranjeros para dar con las páginas gob.ar? ¿Por qué suponer que todo el mundo llega a un sitio a través de Google o cualquier otro buscador?

Ahora, más halla de estos detalles técnicos, lo que más me divirtió de todo este asunto es la justificación que brindó el canciller, como si se tratará de un acto de reivindicación histórica: "El cuidado y desarrollo del idioma español, el fortalecimiento de la identidad iberoamericana, la consolidación de la cultura en el Mercosur, el apoyo a los esfuerzos del sector educativo y contrarrestar los efectos homogeneizadores de la globalización protegiendo nuestro idioma son los objetivos cuando decidimos incorporar los caracteres multilingües", explicó el canciller Jorge Taiana al hablar sobre la iniciativa que implementa el Gobierno a través de la Cancillería.
http://www.clarin.com/diario/2008/08/28/um/m-01747967.htm..
A ver, Don Jorge... ¿no le parece demasiado?

Todos nosotros hemos crecido mirando televisión y escuchando los famosos doblajes mexicanos... y nadie perdió por eso su identidad idiomática (pero eso sí, la tinellización de los medios si se escucha en un castellano muy porteño... por suerte, para que no se nos escape nadita del contenido), pero en realidad más preocupante es pensar en la idea que está detrás de este discurso: sólo puedo preservar "lo mío", "lo que me define y lo que me diferencia de los demás" poniendo una pared con el de afuera. Como si no fuera posible convivir con el otro sin "diluirse en la globalidad" y como si rescatar los valores propios dentro de un ambiente más homogéneo fuera un sueño guajiro.

Tal vez sea un poco exagerado, pero es bueno estar alertas porque de este discurso al "ustedes" y "nosotros" y la defensa de los valores nacionales la línea empieza a ser muy sutil. En todo caso creo que la identidad se refuerza con la inclusión y no con exclusión y que nuestros esfuerzos deben orientarse hacia ese tipo de estrategias. Ah! Ya mismo corro a NIC.ar a registrar mi nuevo sitio elpañueloroñoso.com.ar

 

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