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La otra cara de Second Life

Opinión 18 de Marzo de 2008

En el útimo tiempo, hemos oído bastante sobre Second Life. Se habla de las posibilidades ilimitadas de un mundo virtual, de las posibilidades de interacción de nuestros avatares en esos mundos, y sobre la importancia, el valor económico que significa estar presente en el mundo de Second Life. Así, muchas empresas, organizaciones y hasta Universidades, tanto argentinas como extranjeras han creado sus propios espacios en el llamado, ´metaverso´ algo así como el universo mas allá de éste.

Para entender un poco el porqué de esta presencia mediática, deberíamos pensar de que Second Life es un producto de una empresa privada, cuyo objetivo es obtener ganancia. Yo no se cuál sea el plan de negocios ni la estrategia comercial de Linden Lab, la empresa dueña de este universo, pero lo que si me genera un poco de escozor, es que exista una empresa que pueda ser dueña de todo un universo. Ya no hablamos de programas cuyo código no conocemos sino que hablamos de que un universo posee normas y líneas de código que son propiedad de una empresa (aunque no faltará quien argumente -y con razón- que tanto menos sabemos del código que rige nuestro universo).

A pesar de las voces que nos hablan de este éxito rutilante de los universos virtuales, me gustaría sumar algunas reflexiones críticas (sin ánimo de ser aguafiestas) que podrían agregarse a las que encontré en Internet, que apuntaban a la cantidad real de personas que están en línea y que son usuarios recurrentes y estables. Las críticas que encontré hablaban de que el número de participantes declarados no es real ya que entre ellos hay muchos que entran solo una vez con curiosidad morbosa para ver de que se trata o que aprovechan las posibilidades de jugar y traspasarse de personalidad o de sexo con la ayuda del avatar que se construyen, pero que una vez satisfecho este interés no vuelven a participar en la plataforma.

Es verdad que Second Life nos apantalla con sus reproducciones visuales del mundo, y que nos produce una fascinación la recreación del mundo, al igual que las maquetas o el encantamiento que me producen las enormes mesas con miniaturas de trenes, estaciones y vías que se cruzan, pero esta fascinación por la maquetización no es más que un juego divertido y no la esencia de las posibilidades de interacción que la Red nos posibilita. Mis reflexiones vienen por el lado de si todo el esfuerzo de Second Life no es en verdad un contrasentido......es decir, porqué y para qué necesitamos reproducir de manera analógica nuestro universo en el metaverso digital, ¿vale la pena y es en verdad fructífero tratar de reproducir uno a uno las formas de interactuar.?... ¿no estamos perdiendo las cualidades propias del universo digital? Si una universidad monta su sede y el espacio central es un auditorio desde donde un profesor nos da una clase grabada, es esto aprovechar la riqueza o ¿estamos en verdad trasladando viejas prácticas a nuevos espacios y metaversos? (esta inmanencia de las viejas prácticas en los nuevos medios no es privativo de de SL sino de todo el espectro de la tecnología educativa)

Creo que si algo no puede ponerse en duda son las posibilidades de construcción social en red (llámese web 2.0, 3.1, 5.8 ó 32101.66 ). Hoy apenas estamos descubriendo lo que representan las TIC como soportes y plataformas de interacción, y las posibilidades las formas y el lenguaje de este nuevo universo aun está por descubrirse, pero estoy convencido de que va a ser mucho más que una reproducción del mundo que estamos (destruyendo) de este lado de la pantalla.

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